Como ayudé a Julia a gestionar una crisis de ansiedad con Yoga
yoga ansiedad. Julia es una mujer de 63 años, paciente mía desde hace dos años, reside en uno de los centros donde trabajo ingresada por un problema de salud mental (posible trastorno bipolar vs. esquizoafectivo) que estabilizamos con un trabajo conjunto de la unidad de salud mental y nuestro equipo de intervención.
Desde su ingreso y tras su mejoría con el tratamiento Julia se incluyó en el grupo de Yoga y trabajo corporal que gestiono personalmente sintiendo una gran mejoría en el ámbito físico (Espina bífida oculta, nefrectomía, miomas, lesión del hombro, etc…).
En el ámbito social la ayudábamos con gestión de documentación, inició una relación estable y empezó a sentirse mucho mejor. Esta semana tuvo un episodio como hacía muchos años no la había visto, me llamó mi compañera desde el despacho en el que se encontraba con Julia ya que estaba con un cuadro de agitación muy elevado, muy nerviosa y con nuevas ideas de suicidio. Había mucho enfado interno, autoestima mermada por sentir disminuida su capacidad intelectual, por el tratamiento farmacológico y su dificultad de centrar su atención como antes, sus dudas sobre su relación con su pareja, y una semana de asumir responsabilidades, muchos factores habían catapultado esta crisis.
…Ven Julia…cógete de mi brazo. Vamos a mi despacho -le dije
Al principio no supe que tipo de orientación podía ser la más eficaz para ella, la agitación de Julia era evidente, lanzó la mochila por el aire, pegaba saltos literales por el despacho, dificultad respiratoria, sudoración profusa y nuevas ideas de suicidio, una imagen difícil y compleja de transmitir en palabras pero pocas similares a esta en mi trayectoria. Me planteé acompañarla a urgencias y que fuera valorada por psiquiatría, pero fuí consciente por otras experiencias profesionales, del contexto que viviría, sola en un box durante horas hasta la visita del especialista, podría desanimarla más. Siempre estaba a tiempo y podía intentar primero un abordaje más terapéutico.
Como alumna con cierta práctica y experiencia decidí sintonizar una sesión de Kundalini Yoga (físicamente no la veía en un momento de trabajar Hatha), iniciamos una Kriya para trabajar el enojo interno con el Tantric Har (no encuentro dossier con la Kriya que me enseño mi maestro Amrit Singh por lo que posiblemente la grabemos en Youtube) Julia comenzó a llorar, me pareció buena señal pero también la sentí desfallecer, le fallaba el cuerpo y decidí reorientar el trabajo una vez finalizada la kriya a una Meditación de Schultz y una visualización para simultáneamente explorar y trabajar con bioenergía. Mientras meditaba con ella abrí varios Mudras sobre su aura estableciendo un contacto kinesiológico, algunos de ellos vibraron por la alteración percibida hasta normalizarse.
Tras unos 40 minutos de trabajo Julia ya se sentía mucho mejor. Queda trabajo por delante, un bello trabajo interdisciplinar para que Julia siga mejorando
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