¿Por qué practicar yoga?
¿Por qué practicar yoga?
La palabra ‘Yoga’ significa “disciplina física y mental” y es originaria de la India. Según quienes la practican tiene como objetivo unir el alma individual con el espíritu del universo, lograr la percepción del ‘Yo espiritual’, abandonando el ‘yo material’, además de brindar beneficios físicos y mentales. Según Nutrición Sin más, combinarlo con ejercicio regular, mostrará mejores resultados.
Reduce el estrés.
Gracias a que ayuda a bajar los niveles de estrés de la hormona cortisol y la presión en la sangre. Pero no solo relaja; sino que también mejora el humor, la autoestima, reduce la ira, aumenta la ecuanimidad y nos ayuda a adquirir hábitos de vida y de alimentación más saludables.
Aumenta la flexibilidad.
Es el primer beneficio visible del yoga. A poco de ejercitarse, notará un aumento de la flexibilidad y, de repente, las posturas que parecían imposibles comenzarán a parecerle más sencillas. Probablemente también descubra que los dolores y las molestias empiezan a desaparecer.
Potencia la fuerza.
En yoga se trabajan todos los músculos del cuerpo en tan solo una postura, ayudando literalmente a muscular todo el cuerpo de la cabeza a los pies.
Mejora el estado cardiovascular.
Estudios realizados han demostrado que la práctica del yoga ralentiza el ritmo cardíaco, aumenta la resistencia muscular y la saturación máxima de oxígeno durante el ejercicio físico, al igual que el resto de las actividades aeróbicas. Aprende también algunas formas naturales de bajar la presión arterial en Nutrición Sin Más.
El Yoga te ayuda a que conozcas tu cuerpo.
Es un camino hacia la observación y el autoconocimiento. Con la práctica atenta y consciente del Yoga aprendes a observar y escuchar tu cuerpo. Al comienzo observas tu postura, tu alineamiento, qué parte del cuerpo se está estirando. Comienzas a escuchar más profundamente, puedes notar los movimientos intestinales, o sentir el latido de tu corazón con más fuerza. Después observas tus procesos mentales, ideas, pensamientos, recuerdos; todo un torbellino de palabras que desfila atropelladamente por tu mente sin apenas ser consciente de ello.
Baja los niveles de colesterol y la diabetes.
El yoga disminuye el nivel de azúcar en sangre y el LDL (colesterol malo), mientras que aumenta el HDL (el “bueno”). En pacientes con diabetes, favorece la pérdida de peso y mejora la sensibilidad a los efectos de la insulina. De esta manera, se reduce el riesgo de padecer complicaciones diabéticas.
Facilita el descanso.
El yoga incluye ejercicios de respiración y relajación que permiten al organismo de acercarse con más serenidad al momento del descanso. Hay ejercicios específicos para casos de insomnio. Estudios científicos han comprobado que la práctica diaria de 20 minutos de yoga aumenta la capacidad de obtener más rápidamente un sueño profundo y restaurador.
Mejora la vida sexual.
Practicar yoga permite en primer lugar de mejorar la relación con nuestro cuerpo, ganando más fuerza y flexibilidad, aprendiendo a aceptar nuestras limitaciones y querernos más. Esto nos lleva a estar más abiertos a encontrarnos con el otro/a, también desde un punto de vista físico. Un estudio de Harvard aclaró como el 75% de las mujeres que practicaban yoga tenían orgasmos más profundos y placenteros. En cuanto a los hombres, un estudio del 2007 ha demostrado cómo el yoga sea más eficaz que el Prozac en contrarrestar la eyaculación precoz.
Retarda el envejecimiento.
Practicar un ejercicio físico regular durante toda nuestra vida nos ayuda a mantenernos más jóvenes y envejecer de una manera mejor. Las posturas de yoga menos complejas pueden ser practicadas a lo largo de toda nuestra vida, incluso por aquellas personas que creen tener una constitución física más débil. Quien practica yoga regularmente puede llegar a demostrar 9 años menos respecto a su real edad biológica.
Alivia y elimina el dolor de espalda. Relaja la musculatura.
Sesiones regulares de yoga pueden prevenir estas dolencias y evitar la asunción de fármacos para el dolor. Muchos ejercicios de yoga están diseñados para mejorar la movilidad y la elasticidad de la columna vertebral, favoreciendo la relajación de músculos contracturados por la tensión y el hábito de posturas incorrectas.
La práctica de esta disciplina favorece el desarrollo de la capacidad de percibir en qué lugares del cuerpo se acumula la tensión. De esta manera, se vuelve más fácil liberarse de ella, disminuyendo la fatiga muscular y el dolor común en hombros, cuello, espalda y muñecas.
Esta es sólo una reducida exposición de los beneficios de una práctica regular ¿te parece bastante para atreverte a empezar?
Edith Gómez
Colaboradora